Después de la aprobación de la
reforma sanitaria de 2012 muchos inmigrantes irregulares quedaron en situación
de desamparo perdiendo el acceso a la sanidad.
Esta situación ampliamente criticada por la mayoría de los sectores de
la población que culmino con el compromiso de prácticamente todos los partidos
políticos de la oposición en el arco parlamentario ha concluido con la “marcha
atrás” del gobierno, eso sí, muy tarde.
El presidente Rajoy anunció el
pasado martes día 31 de marzo de 2015 que el Consejo Interterritorial de Salud
-que reúne al Ministerio de Sanidad y a las comunidades autónomas- regulará el
acceso de los inmigrantes en situación irregular a la atención primaria.
Las razones que esgrime el
gobierno, por medio de su ministro de sanidad, no dejan de sorprender. No es por cuestión de equidad o de solidaridad o
"cuestiones de salud pública", sino porque es "más
práctico" y para "no saturar las urgencias".
Aún sorprenden más los requisitos
para poder tener acceso de nuevo al sistema sanitario: llevar un tiempo mínimo
empadronado que todavía está por definir y tener un documento que sólo les dará
derecho a ser atendidos en esa comunidad autónoma, durante un año aunque será
prorrogable. El médico de atención primaria tendrá la libertad de enviar a las
personas en esta situación a especialistas abriéndoles así el acceso al resto
del sistema
Sin embargo, ni siquiera con
estos requisitos tendrían derecho a la tarjeta sanitaria que les fue retirada:
"Les daría un derecho en Europa que no existe en ningún otro país” –
comentan desde el gobierno--.
Al anuncio de la noticia muchas
asociaciones se alegraban sin embargo viendo el contenido de las palabras del
gobierno muchos no dejan de tachar este anuncio como electoralista. Y es que el
partido popular se había quedado prácticamente solo en este despropósito de
reforma.
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¿Cuánta gente quedará fuera del
sistema esta vez? Menos que antes, seguro.
Pero cuantas trabas es necesario poner a una persona que aparte de
desconocer la lengua en muchas ocasiones, desconoce usos, costumbres, y qué
decir de la legislación.
Con esta reforma de la reforma se
pretende acabar con el agravio hacia los inmigrantes ilegales a los que les
habíamos echado la culpa del “gran gasto” del sistema sanitario público
español, del turismo sanitario, de que producían un déficit de miles de
millones.
Un sistema universal debe
garantizar el acceso a todos los ciudadanos (RAE: ciudadano, na. 1. adj.
Natural o vecino de una
ciudad). En un occidente en que se nos llena la boca con valores, “adalides de
la libertad”, ¿podemos permitirnos que haya ciudadanos de primera y ciudadanos
de segunda?.
Basta ya de hipocresía y hagamos
caso a la declaración universal de los derechos humanos que en su Artículo 1
dice:
“Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos
y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”
Es cierto que esta reforma es un
avance, pero desde mi punto de vista es insuficiente.
