lunes, 23 de febrero de 2015

PRÓFUGOS POR SALUD

¿Qué opinión le merece la aprobación del RD16/2012?

“Es un enorme paso atrás”
Jose Manuel Freire (experto en Salud Pública)

“Su argumento económico es una falacia, no está justificado”
“O pagas (o demuestras que pagas) o no te atiendo”

Rafael J. Álvarez (Periodista, El Mundo)

“El Ministerio de Sanidad no tenía ningún plan para hacerlo”
Emilio de Benito (Periodista, El País)

“Es una chapuza que ha precisado muchas correcciones”
Gaspar Llamazares (portavoz de sanidad de Izquierda Plural)

“Es un paso atrás de la sanidad pública y del país”
José Martínez Olmos (portavoz de sanidad del PSOE)

“No concibo que una persona sea capaz de aprobar una ley como esa”
Hombre,  anónimo

Es muy probable que la reforma lleve a la crisis financiera de muchas familias”
Ana Rico (investigadora en Salud Pública)

“Cada vez tengo que tomar más medicamentos, y los que eran 60 u 80 euros, ahora son 1600. Para pagar 1600, dejo de comer, porque ¿qué como?, pasta, que es más barata, y me faltan las proteínas (…) ¡Pero ya estoy harta, harta!¡Esto tiene que parar en algún momento!”
Mujer, anónima

"Desde un punto de vista de Derecho, es injusto. Desde una perspectiva económica, es ineficaz.  Desde el punto de vista de la Salud Pública, es peligroso.  Y desde un punto de vista ético, tampoco es justificable porque conculca el derecho deontológico de los profesionales sanitarios”.
Álvaro González (Presidente de Médicos del Mundo)


      Éstas fueron las opiniones que resumió uno de los vídeos de la campaña “Derecho a curar” que lanzó Médicos del Mundo tras la aprobación del RD16/2012. Desde entonces, se han ido sumando dramas personales como el aportado por esta mujer que se lamentaba de su situación al haber sido retirado su derecho a sanidad. Migrantes en situación irregular, desempleados mayores de 26 años sin derecho a prestaciones y pensionistas han sido los colectivos más afectados directamente por las medidas aprobadas por este Real Decreto. Pero sus efectos se extienden a la población general cuando se analizan medidas como los copagos en servicios de transportes médicos, prestación farmacéutica, medicación hospitalaria y productos sanitarios como suplementos alimenticios o prótesis. 

      Cuando salimos una mañana, a la calle de un barrio humilde, sin población inmigrante significativa, y preguntamos (P) ¿qué opinión le merece la aprobación del RD16/2012?, éstas son las respuestas (R) más frecuentes que obtenemos de las personas que nos encontramos, en su mayoría amas de casa y personas jubiladas: 


                                R: “¿el qué?”
           P: La ley que reformó la sanidad en el 2012
                      R: “la de los copagos, ¿no?”
                P: bueno sí, entre otras medidas...
                        R: “pues muy mal”.
         “(…) cada vez es más difícil llegar a fin de mes”.
              “(…) toda la vida trabajando para esto”.

  

       Estas respuestas son un reflejo del escaso conocimiento que gran parte de sociedad  (del mundo no sanitario), tiene sobre las consecuencias de la reforma sanitaria del 2012. Para cada persona, su problema es “el” problema. El más importante de todos los demás. Y, sin entrar en la moralidad, es perfectamente legítimo que así sea. Las consecuencias del RD 16/2012, se resumen en cómo afectan a cada persona y no cómo afecta a los demás, a la sociedad en su conjunto. Quizá sea por eso por lo que no entramos en hacer valoraciones y reivindicaciones, sino comentarios puntuales y efímeros, cuando escuchamos testimonios de personas a los que su enfermedad les ha convertido en prófugos por salud. 

                                                                  Sebastián Tornero Patricio