martes, 3 de marzo de 2015

¿Qué pasa con los que no vemos?

El acceso a los servicios sanitarios de los mayores institucionalizados

Al hilo de lo que comentábamos en el post PRÓFUGOS POR SALUD, hay mucha gente que se ve afectada por las reformas de las leyes de sanidad, por el tiempo de crisis, por la escasez de recursos, por los problemas de financiación… Y hay mucha gente que protesta por ello, pero hay otras personas que están apartadas (o aparcadas) de la sociedad, los mayores que viven en residencias de la tercera edad.
Imaginemos esta situación: Anciana de 88 años con cierto nivel de dependencia, pluripatológica, plurimedicada y que como una gran cantidad de sus coetáneos vive en una residencia de ancianos.



Muchas de las razones que esgrimen familiares de personas mayores dependientes es que van a recibir en las residencias una mejor atención de la que le podrían proporcionar ellos en sus domicilios particulares. Pero ¿Es esto siempre así?

Si esta anciana de la que hablaba antes tuviera una descompensación cardiológica o una infección de vías respiratorias y estuviera en su domicilio familiar, los familiares tendrían la opción de acudir al centro de salud para que fuera atendida por su médico de cabecera o incluso que fueran a visitarla a su casa; o como ocurre en muchas ocasiones acudir a los abarrotados servicios de urgencias que tenemos en nuestro país.

¿Qué pasa cuando vive en una residencia? Ante afecciones no graves o llamémoslo urgencias no vitales si tiene la suerte de tener un equipo médico para su asistencia en la residencia aquí se acabaría la historia. Pero esto desgraciadamente no es así, o no siempre. Muchos de las residencias con las que contamos en nuestra comunidad son residencias benéficas, sin ánimo de lucro y muchas de ellas cuentan con médicos jubilados que van un día o dos a la semana a pasar una consulta de forma altruista, aunque casi todas cuentan con equipo de enfermería y auxiliares de enfermería.

A no ser que un médico esté, por suerte, ese día en la residencia; si nuestra anciana tuviera una afección que no pusiera en riesgo (de manera inmediata) su vida, la respuesta que en muchos casos se da es simplemente esperar. Ni siquiera hacer uso de los centros de salud a los que pertenecen por zona las residencias. Así pues enfermedades que podrían ser tratadas sin problema terminan muchas veces por agravarse y estos ancianos entran en el sistema de salud por la puerta de urgencias que tan colapsada está.


Problema de gestión, problema de la administración, problema de la legislación… Lo único que sé es que esto es un problema y que con el aumento de población anciana puede convertirse en una auténtica catástrofe de salud pública.



S. D.

P.D.: Siempre es buen momento para recomendar una buena película, ésta sobre la vejez: ARRUGAS





3 comentarios:

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  3. Como casi en todo, también en el tipo de atención sanitaria que recibe un ciudadano residenciado/asilado, es muy variable.
    Y no sólo en relación con la provisión más o menos privada que haya en cada centro, sino dentro de las de titularidad pública o en las que reciben servicios por parte del Centro de Salud de la zona (al cual están adscritos habitualmente todos/as los/as residentes)
    Una de las variables que "determinan" casi todo en la atención es.....el Centro de Salud que te toque y los profesionales que lo habiten.
    ¿Conocéis alguno en el que la atención a los mayores (se llamen como se llamen) esté programada y tenga alguna relevancia en la práctica diaria?
    Desde hace más de veinte años hay miles de iniciativas y experiencias (incluso algunas evaluadas) dirigidas a hacer más fácil y saludable la vida al llegar a cierta edad.
    Más del 20% de la población tiene más de 65 tacos
    Un buen sitio para ver más es http://www.ageing.ox.ac.uk/. De ahí deriva a montones de sitios de interés.
    ¿Prioridad?

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